George Orwell, escritor britanico ( 1.903 - 1.950 )
Sus Obras mas importantes : " 1984 " y " Rebelion en la granja "
Se da a conocer carta en
la que Orwell explica por qué escribió 1984; aquí la traducción
Como parte del libro
"George Orwell: A Life in Letters", se da a conocer una carta fechada
tres años antes de que Orwell escribiera su célebre novela "1984"; en
el documento explica sus ideas sobre el avance del totalitarismo, mismas que
terminarían volcadas en su relato.
Por: pijamasurf - 15/08/2013 a las 12:08:04
1984 es probablemente una de las novelas de
inclinación política más conocidas, un poco por su adherencia al género
distópico (atractivo en sí mismo), pero quizá sobre todo porque por mucho
tiempo se ha recibido como una suerte de relato profético sobre un futuro al
que las sociedades humanas se encaminan inevitablemente. Si bien este se
encuentra ligado indeleblemente a las condiciones de su época (en especial la
amenaza de la dominación totalitaria como efecto de la Segunda guerra mundial),
entre sus párrafos se encuentran elementos que Orwell vislumbró como
consecuencias sutiles de dicha situación, por ejemplo, la conformación de
bloques supranacionales y el estado cotidiano de hipervigilancia a los
ciudadanos, acaso lo más acertado en su ominoso pronóstico.
Recientemente, como parte del libro George
Orwell: A Life in Letters, editado por Peter Davison, se dio a conocer una
carta fechada en 1944 en la que el escritor expone una suerte de diagnóstico de
su época que, a la postre, se traduciría en su célebre novela. En el documento
se encuentran ya algunas de las ideas más importantes que aproximadamente tres
años después Orwell volcaría en 1984.
A continuación compartimos la traducción de
la carta, además de un par de notas del editor.
***
Para Noel Willmett
18 de mayo de 1944
10a Mortimer Crescent NW 6
Estimado Sr. Willmett:
Muchas gracias por su carta. Usted pregunta si el totalitarismo, el
culto al líder, etc., están realmente en auge en tanto aparentemente esto mismo
no sucede en este país y en Estados Unidos.
Debo decir que creo, o temo, que tomando al mundo como un todo,
estas cosas van en incremento. Hitler, sin duda, pronto desaparecerá, pero solo
a expensas de fortalecer a (1) Stalin, (2), los multimillonarios
anglo-americanos y (3) toda suerte de pequeños führers del tipo de de Gaulle.
Todos los movimientos nacionales, en todos lados, incluso aquellos nacidos como
resistencia a la dominación alemana, parecen adoptar formas no democráticas
para agruparse a sí mismos en torno a un führer sobrehumano (Hitler, Stalin,
Salazar, Franco, Gandhi, De Valera, son todos ejemplos varios) y siguen la
teoría de que el fin justifica los medios. En todas partes del mundo los
movimientos parecen ir en la dirección de las economías centralizadas que
pueden “funcionar” en un sentido económico pero no están organizadas
democráticamente, mismas que tienden a establecer un sistema de castas. Con
esto vienen los horrores del nacionalismo emocional y una tendencia a descreer
de la existencia de la verdad objetiva, dado que todos los hechos tienen que
encajar con las palabras y las profecías de algún führer infalible. En cierto
sentido la historia ya dejó de existir: por ejemplo, ya no hay tal cosa como
una historia de nuestro tiempo que pueda ser universalmente aceptada, y las
ciencias exactas se encuentran amenazadas en tanto la necesidad militar deja de
mantener a la gente a raya. Hitler puede decir que los judíos comenzaron la
guerra y, si sobrevive, eso se convertirá en la historia oficial. No puede
decir que dos y dos son cinco porque, en la práctica, digamos, en balística,
dos y dos tienen que ser cuatro. Pero si sobreviene el tipo de mundo que temo,
un mundo donde dos o tres súper-estados sean incapaces de conquistarse el uno
al otro, dos y dos podrían ser cinco si el führer así lo desea [1]. Esa, tanto
como entiendo, es la dirección en la cual nos estamos moviendo actualmente,
aunque, claro, el proceso es reversible.
En cuanto a la inmunidad comparativa de Gran Bretaña y los Estados
Unidos, pese a lo que los pacifistas, etc., quizá digan, aún no nos hemos
vuelto totalitarios, y esto es un síntoma sumamente esperanzador. Creo muy
profundamente, como expliqué en mi libro El león y el unicornio, en el pueblo
inglés y su capacidad pata centralizar su economía sin destruir la libertad en
el proceso. Pero debemos recordar que Gran Bretaña y Estados Unidos no lo han
intentado realmente, no han conocido la derrota o el sufrimiento severo, y hay
algunos malos síntomas al momento de hacer el balance de los buenos. Para
empezar, hay una indiferencia general al declive de la democracia. ¿Se ha dado
cuenta, por ejemplo, que nadie en Inglaterra de menos de 26 años ha votado y
que según se puede entender la gran masa de población de esa edad no les
importa esto? En segundo lugar está el hecho de que los intelectuales son más
totalitarios al juzgar a la gente común. En términos generales la
intelligentsia inglesa se ha opuesto a Hitler, pero solo a cambio de aceptar a
Stalin. Muchos de ellos están perfectamente listos para los métodos
dictatoriales, la policía secreta, la falsificación sistemática de la historia
[2], etc., en tanto sientan que todo eso está de “nuestro” lado. De hecho, la
afirmación de que en Inglaterra no tenemos un movimiento fascista significa que
los jóvenes, en este momento, buscan su führer donde sea. No podemos estar
seguros de que eso no cambiará, tampoco de que el común de la población no
piense de aquí a diez años como ahora piensan los intelectuales. Espero [3] que
no, incluso confío en que no, pero si pasa, será a costa de una lucha. Si
simplemente se proclama que todo eso es por el bien y no reconoce los síntomas
siniestros, solo se ayuda a acercar el totalitarismo.
Usted también pregunta: si pienso que el mundo tiende hacia el
fascismo, ¿por qué no apoyo la guerra? Es una elección entre demonios —me
imagino que todas las guerras lo son. Sé lo suficiente sobre el imperialismo
británico como para que no me agrade, pero lo apoyaría frente al nazismo o al
imperialismo japonés como el menos malévolo. Del mismo modo, apoyaría a la URSS frente a Alemania porque
pienso que la URSS
no puede escapar completamente de su pasado y conserva suficiente de las ideas
originales de la Revolución
para hacer de ello un fenómeno mucho más esperanzador que la Alemania nazi. Pienso y
he pensado desde que la guerra comenzó, ahí por 1936, que nuestra causa es la
mejor, pero tenemos que empeñarnos en hacerla la mejor, lo cual implica crítica
constante.
Suyo sinceramente,
Geo. Orwell
[XVI, 2471, pp. 190—2; mecanografiada]
–
[1] Antecedente de 1984.
[2] y [3] Cf. 1984, p. 72, “Si hay esperanza, escribió Winston, esta
se encuentra entre los proles”.
[Traducción de Juan Pablo Carrillo]