Por Victor Perez Vera. Rector Universidad de Chile
LA EDUCACIÓN PÚBLICA: UN DERECHO SOCIAL DE CIUDADANÍA
Discurso para la Inauguración del Año Académico 2013
Víctor Pérez Vera, Rector Universidad de Chile
1.- Ser estudiante del siglo XXI en
la Universidad de Chile.
La ceremonia que
hoy día realizamos tiene dos sentidos profundos, por un lado el acoger y dar la
bienvenida a las y los estudiantes que, a partir de este 2013, pasan a formar
parte de nuestra comunidad académica y junto a ello asumen una identidad
que los marcará durante todas sus vidas. Por el otro, inaugurar un nuevo año
académico, y con ello la puesta en marcha de las actividades de docencia
superior, investigación, creación y extensión que nos son comunes y por las
cuales nos desarrollamos y nos proyectamos en la vida nacional.
Les damos la
bienvenida con el orgullo de ser la universidad número 1 en el país cualquiera
que sea el indicador de productividad académica que se utilice; ubicada en el
número 10 en Latinoamérica, número 23 a nivel Iberoamericano, y 421 a nivel
mundial, según el ranking internacional SCimago que sólo considera la
productividad en investigación.
Ser una o un alumno
de la Universidad de Chile en el siglo XXI constituye, a mi modo de ver, un
desafío y una esperanza.
En el primer caso,
es enfrentarse a una institución educativa que lucha por su excelencia en medio
de condiciones adversas; una excelencia que se construye, justamente en la
interacción dialógica entre académicos y académicas y estudiantes en vistas a
producir el conocimiento. Pero es un reto, asimismo, para los jóvenes que
también debaten su identidad entre un modelo social que concibe a los sujetos
como clientes y consumidores, y las impugnaciones contra ese modo de
autocomprenderse. También se encuentran en la disyuntiva de asumirse como
personas que se incorporan a una Universidad pública con historia, en un
momento social en que la historia, precisamente ella, comienza a borrarse de
los discursos para dar paso a la inmediatez de lo desechable, de lo
"nuevo" como valor más que cultural, de mercado. Por otro lado, los y
las estudiantes de la Universidad de Chile del siglo XXI han nacido en medio de
cambios en las tecnologías de la comunicación humana y en una creciente
sociedad del conocimiento, aunque en Chile distribuidas desigualmente. Han
crecido en un Chile que superó una dictadura y comenzó un proceso
democratizador de las relaciones sociales y de las instituciones, pero que al
mismo tiempo profundizó un proyecto neoliberal en lo económico que ha
naturalizado las brechas entre ricos y pobres, y junto a ello una lógica que
deriva en concebir las iniquidades como parte inevitable del sistema de
desarrollo.
A la esperanza que
representan, y han representado en el tiempo, los jóvenes para nuestra
comunidad, la Universidad de Chile del siglo XXI responde con un significado
contemporáneo al habitar el mundo de manera humana, digna y equitativa. Ello
supone una lectura crítica, fundada y propositiva a los cambios sociales. La
inclusión de las diferencias de género, étnicas, generacionales, entre otras
desatan las viejas amarras de las concepciones conservadoras del mundo; las
migraciones, los impactos al medio ambiente de las políticas energéticas, la
urgente necesidad de igualdad, entre otros fenómenos demandan respuestas desde
una visión de las cosas cuyo horizonte sea el respeto y la participación de lo
distinto en lo universal, de una ética que promueva el bien común, la
congregación en vez de la soledad personal como refugio a la desintegración de
los viejos lazos que nos han tornado en humanos.
Esta es la Universidad
de Chile que hoy da la bienvenida a sus nuevos y nuevas estudiantes.
2.- La educación pública: un derecho
social de ciudadanía.
Los chilenos y
chilenas nos encontramos hoy discutiendo, como no lo hemos hecho en al menos
dos décadas, cómo queremos que nuestro país sea en el futuro, cuál es el Chile
que queremos dejarle a nuestros hijos.
En la superficie,
lo que está en discusión es el problema de la educación pública. Pero en
realidad, el problema de la educación pública es el problema de lo público de
la educación, y el problema de lo público de la educación es en realidad la
cuestión de cuál es la relevancia de lo público a secas.
Cuando lo que se
discute es la educación escolar, el problema de la educación pública es su
progresiva decadencia. Esta decadencia es un fenómeno observable desde hace ya
varios años y tiene dos dimensiones.
Una cuantitativa:
la educación pública (municipal), en lo que a números se refiere, está en caída
libre, y 2010 fue el primer año en el que la matrícula de primero básico en la
educación municipal fue menor a la de la educación particular subvencionada.