Lunes,
02 Noviembre 2015 03:51
Colciencias: de espaldas
a las ciencias sociales
La construcción del país
y de la paz necesita de profesionales capaces de reconstituir nuestro tejido
social. Pero Colciencias piensa que lo “rentable” es apoyar proyectos en ciencias
“duras” aun en desmedro de las ciencias sociales.
María Victoria Uribe* -
Eduardo Restrepo**
Retórica y realidad
Alejandro
Olaya, subdirector del Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e
Innovación (COLCIENCIAS) afirmó en un escrito reciente que esta institución “va
a tener un papel protagónico como entidad que orienta el propósito científico,
tecnológico y de innovación de Colombia, en una era de postconflicto y paz para
el país. Será una nueva era en la que podemos proveer todas esas soluciones a
las desigualdades y los desafíos que implica reconvertir el país hacia una
economía y una sociedad que funcione en paz”.
Pero
semejante aseveración contradice las últimas disposiciones de COLCIENCIAS, que
en efecto marginan a las ciencias sociales a la hora de asignar los recursos.
Refiriéndose a estas disposiciones, el propio Olaya declaró que “sí existe una
política y no es velada, es explícita. Está en los criterios de evaluación de
la convocatoria 727. Ahí declaramos que el 70 % de las becas irían para
ciencias básicas e ingenierías y 30 % para otras disciplinas”.
Para
justificar tan arbitraria disposición, el subdirector dice más adelante que “lo
único que buscamos en Colciencias es que los recursos públicos se entreguen a
los programas de mejor desempeño”.
Saberes que sí producen
Esta
política desconoce los aportes que las ciencias sociales le han hecho a un país
convulsionado y en crisis permanente, y con un desarrollo social desigual y
accidentado. Ante los hechos cabe preguntarse si serán entonces los físicos,
los ingenieros o los químicos quienes se encargarán de analizar y hacer
recomendaciones acerca de los cambios que se le vienen encima a Colombia con la
firma – no ya apenas de los tratados de libre comercio- sino de los acuerdos en
La Habana, con la creación de la comisión de la verdad o con el sistema de justicia especial.
Arturo
Escobar, respetado antropólogo vinculado a la Universidad de Carolina del
Norte, considera que “Colombia, como tantos otros países del planeta, enfrenta
un conjunto de situaciones muy dramáticas. Estos problemas, mucho más que
problemas científicos y técnicos, son problemas sociales, culturales, y del
imaginario de país y sociedad que queremos. Sería por demás ingenuo pensar que
solo los llamados ‘expertos’ de las ciencias duras y económicas tienen la
respuesta a las inusitadas preguntas y situaciones del posacuerdo”.
Pero
esta situación de Colombia, que resulta evidente para los científicos sociales,
es desconocida por los altos funcionarios para quienes resulta “más rentable
trabajar en energías alternativas que en mecanismos de diálogo en una vereda de
un municipio recóndito”, como dice Carolina Rivera, investigadora del
Observatorio de Ciencia y Tecnología.