23 FEB 2016
Un funeral laico y
multitudinario despide a Umberto Eco
Cientos de personas
dijeron adiós este martes en Milán al escritor, filósofo y semiólogo
María Salas Oraá
Cientos de personas despidieron este martes en Milán al
escritor, filósofo y semiólogo italiano Umberto Eco, fallecido el pasado
viernes. Fue un acto breve, a petición de la familia, al que no todos pudieron
entrar. Hubo decenas de personas que esperaron en fila durante horas pero que
tuvieron que quedarse fuera por falta de espacio. Había sitio para ochocientas
personas, pero más de mil quisieron acudir a dar su último adiós. Tuvieron que
conformarse con participar en el gran aplauso que recibió el féretro a su
llegada.
El funeral fue en el Castillo Sforzesco, una construcción
del siglo XV que el escritor amaba. La ceremonia fue laica, como él hubiese
querido. Los deseos de Umberco Eco eran "coherentes con su vida
profundamente laica", había explicado el editor Mario Andreose tras dar el
pésame a la familia.
Como homenaje, estaba su toga de la Universidad de Bolonia,
donde el semiólogo fue catedrático de Filosofía y en la que puso en marcha la
Escuela Superior de Estudios Humanísticos, conocida como la Superescuela,
porque su objetivo es difundir la cultura entre licenciados con un alto nivel
de conocimientos. El rector de esta universidad, Francesco Ubertini, anunció
que la apertura del nuevo año académico estará dedicada a la memoria de Eco,
cuya sabiduría transmitirán "con orgullo".
Catedráticos, escritores, editores y músicos, además de
amigos, familiares y personas que apreciaban al autor de El nombre de la rosa o
El péndulo de Foucault recordaron a Eco como un "maestro" y
lamentaron lo mucho que añorarán su "enorme cultura" y su "gran
sabiduría". El actor Roberto Benigni afirmó que "personas como él son
necesarias en la Tierra, no en el cielo".